Tendrás mil sueños para soñar, mil canciones para cantar.
Tendrás una plaza a pocas cuadras para ir a jugar. Tendrás, si te gusta, un perro para pasear.
Quizás tengas ocasión de decidir y encuentres un color lleno de vida que puedas gozar, con suerte acompañado.
Tendrás una maestra sin enseñanza y una enseñanza sin maestra y aprenderás que no todo es verdad y sentirás que te han mentido y durante mucho tiempo tendrás dudas.
Tendrás una bicicleta veloz y a veces caerás y te golpearás y te dolerá y quedará una herida. No obstante en la vida te caerás de nuevo pero las heridas no se verán y el dolor será más profundo.
Tendrás una novia que te ame ¿Tendrás valor para olvidarla? ¿Tendrás valor para aceptar que su amor ahora es de otro?
Entonces creerás que no existe el amor y llorarás entre tanto pero nunca perderás las esperanzas y eso es al fin el mayor problema.
Tendrás un buen amigo.
Tendrás un equipo de fútbol o dos.
Tendrás la ropa limpia y la cama tendida.
Tendrás el plato en la mesa.
Tendrás todos los botones del guardapolvo.
Quizás un día hagas un viaje del cual no quieras volver por que sabrás que las lágrimas que te despedían aquella tarde que se ahogo tu corazón ya tienen su vida completa.
Tendrás una familia reunida alrededor de la mesa, rebalsada de comida, la noche de navidad y Santa Claus te llenará de regalos.
Tendrás una gripe pero se pasará.
Tendrás unas vacaciones lejos de todo con personas que siempre lustrará el recuerdo y te sentirás libre y no podrás dejar de reír risas sin sentido y nada será mejor y quizás y te conozcas a ti mismo.
Tendrás que llorar a veces pero te acostumbrarás de todos modos, el dolor siempre llega y con el la soledad y seguramente la tristeza y llorar te hará falta.
Tendrás dinero y no comprarás nada pero al fin te venderán todo por que nada es capaz de llenar tu vacío.
Tendrás el profundo deseo de ser feliz.
Tendrás un alma y la perderás trago tras trago en la oscuridad del bar en el que te ocultes.
Tendrás tantas cosas que no sabrás lo que tienes.
18- 05- 01
viernes, 28 de diciembre de 2007
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Mi carnet de comunista. (canción)
Quiero tu dinero, tu piel de terciopelo, quiero tu súper sport.
Quiero tu plusvalía, tus derechos a regalías, quiero tu mansión.
Pero me hago el reo y te escupo el ego por la envidia de no ser como vos.
Pero me hago el reo y te escupo el ego por la envidia de no ser como vos.
Vamos la estrella, no moriría por ella pero me la pongo igual,
vamos este ideal hasta que ya no tenga que fingir más, nunca más.
Quiero tus estancias, tus viajes a Francia, quiero tus palos de golf.
Quiero tus monopolios, tus barriles de petróleo, quiero tu confort.
Pero me hago el reo y te escupo el ego por la envidia de no ser como vos.
Pero me hago el reo y te escupo el ego por la envidia de no ser como vos.
Vamos la estrella, no moriría por ella pero me la pongo igual,
vamos este ideal hasta que ya no tenga que fingir más, nunca más.
Mi carnet de comunista, por si acaso no hago guita yo tenía un ideal
Mi carnet comunista, mi pasión guevarista, mi foto de Marx.
O me muero por la patria o la mando a matar, la mando a matar…
o la mando a matar… la mando a matar…
I love New York… Lenin, good bye…
Quiero tu plusvalía, tus derechos a regalías, quiero tu mansión.
Pero me hago el reo y te escupo el ego por la envidia de no ser como vos.
Pero me hago el reo y te escupo el ego por la envidia de no ser como vos.
Vamos la estrella, no moriría por ella pero me la pongo igual,
vamos este ideal hasta que ya no tenga que fingir más, nunca más.
Quiero tus estancias, tus viajes a Francia, quiero tus palos de golf.
Quiero tus monopolios, tus barriles de petróleo, quiero tu confort.
Pero me hago el reo y te escupo el ego por la envidia de no ser como vos.
Pero me hago el reo y te escupo el ego por la envidia de no ser como vos.
Vamos la estrella, no moriría por ella pero me la pongo igual,
vamos este ideal hasta que ya no tenga que fingir más, nunca más.
Mi carnet de comunista, por si acaso no hago guita yo tenía un ideal
Mi carnet comunista, mi pasión guevarista, mi foto de Marx.
O me muero por la patria o la mando a matar, la mando a matar…
o la mando a matar… la mando a matar…
I love New York… Lenin, good bye…
lunes, 17 de diciembre de 2007
Navidad del niño polvo.
Todo lo que me duele es amor, todo lo que me apremia es olvido, todo lo que me asusta es después, todo lo que me queda es perdido.
Todo lo que espero es nunca, junta entonces las manos y reza conmigo, vamos a pedirle a Dios que esta noche no haga frío, vamos a pedirle a Dios que esta noche me haga niño.
Pues aquí entre la gente indiferente y el ruido de los trenes todo los días en los andenes veo morir mi tiempo, tiempo que para otros tiene un sentido diferente, claramente me doy cuenta por la ira que les despierta cuando una formación incierta de repente se retrasa.
¿Por qué será que esa ira a mí no me pasa?
¿Por qué no tengo sueños, por que no tengo casa?
¿Por qué bajo el polvo y el moco solo soy un negrito de Plaza*?
Todo lo que me duele es frió, todo lo que me apremia es soledad, todo lo que me asusta es hambre, todo lo que me queda caridad.
Todo lo que espero es nunca, junta entonces las manos y reza conmigo, vamos a pedirle a Dios que esta noche no haga frío, vamos a pedirle a Dios que esta noche me haga niño.
(…en memoria de los chicos que duermen en los andenes…)
* Plaza Constitución, estación ferroviaria más importante de la línea General Roca que junta la Capital Federal con el Conurbano sur de la provincia de Buenos Aires. Allí se pueden ver a diario más de una decena de familias que no tienen donde vivir y encuentran acojo en el polvo de los andenes…
Todo lo que espero es nunca, junta entonces las manos y reza conmigo, vamos a pedirle a Dios que esta noche no haga frío, vamos a pedirle a Dios que esta noche me haga niño.
Pues aquí entre la gente indiferente y el ruido de los trenes todo los días en los andenes veo morir mi tiempo, tiempo que para otros tiene un sentido diferente, claramente me doy cuenta por la ira que les despierta cuando una formación incierta de repente se retrasa.
¿Por qué será que esa ira a mí no me pasa?
¿Por qué no tengo sueños, por que no tengo casa?
¿Por qué bajo el polvo y el moco solo soy un negrito de Plaza*?
Todo lo que me duele es frió, todo lo que me apremia es soledad, todo lo que me asusta es hambre, todo lo que me queda caridad.
Todo lo que espero es nunca, junta entonces las manos y reza conmigo, vamos a pedirle a Dios que esta noche no haga frío, vamos a pedirle a Dios que esta noche me haga niño.
(…en memoria de los chicos que duermen en los andenes…)
* Plaza Constitución, estación ferroviaria más importante de la línea General Roca que junta la Capital Federal con el Conurbano sur de la provincia de Buenos Aires. Allí se pueden ver a diario más de una decena de familias que no tienen donde vivir y encuentran acojo en el polvo de los andenes…
sábado, 15 de diciembre de 2007
Conclusiones...
A medida que se extiende mi umbral de conciencia, crece mi sentimiento de traición, mi traición.
jueves, 13 de diciembre de 2007
Palabras que me tocaron el corazón...
"Los propósitos deshilvanados y encuentros al azar se transforman en pruebas evidentes, para un hombre que tenga imaginación y un poco de fuego en su corazón".
Shiller.
Shiller.
domingo, 9 de diciembre de 2007
Como dice el refrán...
" El que piensa que con dinero se puede hacer cualquier cosa, haría cualquier cosa por dinero".
Con tu claro, claro celo.
Y cuando estaba seguro de todo, llegaste para confundirme con tus ojitos de luna brillando como soles, con tu boca de fuego, con tu oscuro, oscuro pelo… y yo soy tan débil, tan infantil, tan fantasioso que me confundí alegremente y temeroso y cumplí por enésima vez diez y seis años y tal vez mañana cumpla quince.
Aburrido y cansando ya no pienso demasiado por que el tiempo pasa sin pausa y por que de nada sirve pensar antes de actuar por que así el acto se termina en el pensamiento y yo no quiero eso, yo no quiero eso. Quiero un sueño para soñar aun que se termine con el día, quiero ir en contra del viento y tropezar, quiero equivocarme y que te equivoques conmigo, quiero que engañemos al mundo que tanto nos ha engañado.
Solamente hay que encender un fuego (clandestino, cómplice, fugitivo), simplemente hay que quemarse y no permitir que nadie vea las llagas, si no, no habrá secreto y entonces no habrá nada.
Caminamos y a ahí no más está la locura y la muerte y yo me enamoro de ambas que tan oscuras son tan claras, que tan finales esperanzan. Caminamos y ahí no más está la locura y la muerte. Enloquezcamos y después muramos y después empecemos de nuevo, vos por acá y yo por allá como siempre desconocidos que ansían conocerse, efímeros cuerpos que albergan el alma eterna que un día sin fecha fue dividida.
Y cuando creía estar seguro de todo, llegaste para confundirme con tus ojitos de luna brillando como soles, con tu boca de imán que me atrae fuertemente, con tu claro, claro celo…
Aburrido y cansando ya no pienso demasiado por que el tiempo pasa sin pausa y por que de nada sirve pensar antes de actuar por que así el acto se termina en el pensamiento y yo no quiero eso, yo no quiero eso. Quiero un sueño para soñar aun que se termine con el día, quiero ir en contra del viento y tropezar, quiero equivocarme y que te equivoques conmigo, quiero que engañemos al mundo que tanto nos ha engañado.
Solamente hay que encender un fuego (clandestino, cómplice, fugitivo), simplemente hay que quemarse y no permitir que nadie vea las llagas, si no, no habrá secreto y entonces no habrá nada.
Caminamos y a ahí no más está la locura y la muerte y yo me enamoro de ambas que tan oscuras son tan claras, que tan finales esperanzan. Caminamos y ahí no más está la locura y la muerte. Enloquezcamos y después muramos y después empecemos de nuevo, vos por acá y yo por allá como siempre desconocidos que ansían conocerse, efímeros cuerpos que albergan el alma eterna que un día sin fecha fue dividida.
Y cuando creía estar seguro de todo, llegaste para confundirme con tus ojitos de luna brillando como soles, con tu boca de imán que me atrae fuertemente, con tu claro, claro celo…
miércoles, 5 de diciembre de 2007
paradigmas en terapia intensiva.(parte 2)
Pisate los cordones. Ponete visco contra el viento. Saltá a la pileta vacía. Meté los dedos en el enchufe. Hacete mear los ojos por un sapo. Quemate con tu propio fuego. Agarrate los dedos con la puerta. Equivocate y crecé.
Hablamos de todo con una cordura, una certeza y una convicción que parece absolutamente verdad lo que decimos. Y si tenemos gran conocimiento de un tema tenemos también el derecho de ofendernos cuando nos contradicen. Y si de repente el azar comediante nos refuta nos hacemos los desentendidos o nos volvemos locos. Sin embargo nunca dudamos de nuestra razón, nos parece un sistema que no falla, perfecto, capaz de resolver cualquier ecuación. Nunca nos equivocamos y aun cuando nuestra idea ya no resiste, cuando nuestra teoría se cae hacemos un esfuerzo ridículo por mantenerla con vida. Estamos enfermos de una terrible vanidad de razonamiento. Y a medida que pasa el tiempo, si no nos curamos, el límite de nuestro pensamiento se hace por demás estrecho. Un buen tratamiento contra este mal es imaginarnos el reino del revés, creer que todo es posible por un rato, lograr ver la ambivalencia de las cosas, el doble sentido, leer entre líneas. Sentir también es bueno, sentir antes de asegurar algo. La patología con la que estamos tratando es producto de una fatiga, no vemos el error por que nos obliga a seguir pensando: Por lo cual es fundamental pensar. Pero atención, no cometamos el atropello de diagnosticar adrede. Es muy importante conocer las características del síntoma. Primero hay que saber que no se trata de un ideal fuerte, fundamentado, que si bien no es la verdad ocupa su lugar como “opción posible de la verdad” sino una idea débil que no merece reflexión ni tiempo. La idea débil difiere de la idea vaga en tanto que su debilidad no se debe a su imprecisión sino a la ausencia de potencial que demuestra. Una idea para ser fuerte debe plantearse en ese nivel de seriedad en que la idea débil sucumbe. Una vez que podemos reconocer la diferencia entre una idea y otra vamos a notar que una idea fuerte se fundamenta en la idea que la refuta ya que empieza por reconocer a su contrario para desarrollarse, ya que necesita saber con precisión que no es y cuales son sus límites, en cambio la débil nace prematura por no considerar su antitesis y nunca encuentra límite por eso la llamamos a menudo divague. A raíz de esto ocurre que la idea débil solo es sostenida por el fervor del necio en cuanto la fuerte sobrevive por que tiene la habilidad de coexistir. Pensar en rojo es pensar en un color no pensar que no existe otro color. La ortodoxia es lo contrario a la plasticidad de una idea, o sea, lo que la hace infecunda, no obstante todo ideal pretende ser ortodoxo en su tiempo. Sin embargo la plasticidad de una idea es lo que permite explorar nuevos terrenos, dominar nuevos conceptos, dislocarse los huesos para cobrar nueva forma, nutrirse de paradigmas ajenos al propio umbral de conciencia y así desarrollarse poco a poco hasta madurar un día y dar a luz un hijo fecundo, el ideal que por su fuerza peca de ortodoxo. Entonces tenemos ideas fuertes de ortodoxia aparente e ideas débiles de ortodoxia inútil. Cuanto menos apasionada y más reflexiva es una idea tanto más fuerte es, la pasión reservémosla para el ideal que ya tiene el vigor suficiente para poder erguirse. Los ideales son como agua cristalina que los necios y los desnutridos contaminan con tergiversaciones.
De todas maneras la idea débil es la más común, la que encontramos con mayor frecuencia. Incluso hay personajes que pretenden ser profundos alegando que ellos estudiaron para ello, y al final terminan tratando a las ideas como a un artículo de feria que se vende solo por ser más fresco. Tal vez las ideas débiles son como un protector de pantalla que evita la pausa. Pensamos cualquier cosa por que no tenemos la opción de no pensar, por que algo tiene que ocupar nuestra mente, por que de algún modo debe inscribirse la representación del transcurso natural del tiempo, por que debemos reactualizar constantemente la conciencia para no perder la noción de realidad, por que inexplicables e incontrolables aparecen las ideas para que pensemos en ellas. Tal vez las ideas débiles sean la síntesis del proceso de sociabilización, el combustible que mantiene encendida la llama de la conversación y más de una vez termina por incendiarlo todo. Entonces la idea débil es también motivo de malos entendidos y enfrentamientos, aun que no es esta un característica exclusiva de la misma. Sin embargo podríamos ampliar la definición de animal racional y la de animal simbólico en animal conflictivo ya que si bien es característica del ser razonar y simbolizar, también, muchas veces, lo es la falla al razonar y simbolizar sin dejar a su vez de ser conciente.
Es posible que no encontremos nunca la razón de la existencia de estas ideas débiles, pero lo mismo pasa con las fuertes ya que ambas son elaboradas en un mismo sistema, lo que cambia es la estructura de su expresión. No es, sin embargo, la estructura lo que me inquieta sino una constante implacable: Uno se convence de una idea casi inconcientemente, no tiene aun los fundamentos que exigiría a cualquier sujeto que intentara convencerle y ya sabe mostrar los dientes para defenderla. E incluso cuando todas las señales hacen evidente la caída de su postura inclina los ojos hacia abajo y gruñe.
¿Por qué hay una perturbación que no deja ser posible que uno se desligue de una idea aceptando que ha errado, sin inconveniente? ¿Por qué ocurre esto aun cuando lo que se discute es de menor importancia? Tal vez haya un deseo de agresión hacia el otro, que el orden social fue reprimiendo de apoco, que se satisface en el conflicto verbal.
Hablamos de todo con una cordura, una certeza y una convicción que parece absolutamente verdad lo que decimos. Y si tenemos gran conocimiento de un tema tenemos también el derecho de ofendernos cuando nos contradicen. Y si de repente el azar comediante nos refuta nos hacemos los desentendidos o nos volvemos locos. Sin embargo nunca dudamos de nuestra razón, nos parece un sistema que no falla, perfecto, capaz de resolver cualquier ecuación. Nunca nos equivocamos y aun cuando nuestra idea ya no resiste, cuando nuestra teoría se cae hacemos un esfuerzo ridículo por mantenerla con vida. Estamos enfermos de una terrible vanidad de razonamiento. Y a medida que pasa el tiempo, si no nos curamos, el límite de nuestro pensamiento se hace por demás estrecho. Un buen tratamiento contra este mal es imaginarnos el reino del revés, creer que todo es posible por un rato, lograr ver la ambivalencia de las cosas, el doble sentido, leer entre líneas. Sentir también es bueno, sentir antes de asegurar algo. La patología con la que estamos tratando es producto de una fatiga, no vemos el error por que nos obliga a seguir pensando: Por lo cual es fundamental pensar. Pero atención, no cometamos el atropello de diagnosticar adrede. Es muy importante conocer las características del síntoma. Primero hay que saber que no se trata de un ideal fuerte, fundamentado, que si bien no es la verdad ocupa su lugar como “opción posible de la verdad” sino una idea débil que no merece reflexión ni tiempo. La idea débil difiere de la idea vaga en tanto que su debilidad no se debe a su imprecisión sino a la ausencia de potencial que demuestra. Una idea para ser fuerte debe plantearse en ese nivel de seriedad en que la idea débil sucumbe. Una vez que podemos reconocer la diferencia entre una idea y otra vamos a notar que una idea fuerte se fundamenta en la idea que la refuta ya que empieza por reconocer a su contrario para desarrollarse, ya que necesita saber con precisión que no es y cuales son sus límites, en cambio la débil nace prematura por no considerar su antitesis y nunca encuentra límite por eso la llamamos a menudo divague. A raíz de esto ocurre que la idea débil solo es sostenida por el fervor del necio en cuanto la fuerte sobrevive por que tiene la habilidad de coexistir. Pensar en rojo es pensar en un color no pensar que no existe otro color. La ortodoxia es lo contrario a la plasticidad de una idea, o sea, lo que la hace infecunda, no obstante todo ideal pretende ser ortodoxo en su tiempo. Sin embargo la plasticidad de una idea es lo que permite explorar nuevos terrenos, dominar nuevos conceptos, dislocarse los huesos para cobrar nueva forma, nutrirse de paradigmas ajenos al propio umbral de conciencia y así desarrollarse poco a poco hasta madurar un día y dar a luz un hijo fecundo, el ideal que por su fuerza peca de ortodoxo. Entonces tenemos ideas fuertes de ortodoxia aparente e ideas débiles de ortodoxia inútil. Cuanto menos apasionada y más reflexiva es una idea tanto más fuerte es, la pasión reservémosla para el ideal que ya tiene el vigor suficiente para poder erguirse. Los ideales son como agua cristalina que los necios y los desnutridos contaminan con tergiversaciones.
De todas maneras la idea débil es la más común, la que encontramos con mayor frecuencia. Incluso hay personajes que pretenden ser profundos alegando que ellos estudiaron para ello, y al final terminan tratando a las ideas como a un artículo de feria que se vende solo por ser más fresco. Tal vez las ideas débiles son como un protector de pantalla que evita la pausa. Pensamos cualquier cosa por que no tenemos la opción de no pensar, por que algo tiene que ocupar nuestra mente, por que de algún modo debe inscribirse la representación del transcurso natural del tiempo, por que debemos reactualizar constantemente la conciencia para no perder la noción de realidad, por que inexplicables e incontrolables aparecen las ideas para que pensemos en ellas. Tal vez las ideas débiles sean la síntesis del proceso de sociabilización, el combustible que mantiene encendida la llama de la conversación y más de una vez termina por incendiarlo todo. Entonces la idea débil es también motivo de malos entendidos y enfrentamientos, aun que no es esta un característica exclusiva de la misma. Sin embargo podríamos ampliar la definición de animal racional y la de animal simbólico en animal conflictivo ya que si bien es característica del ser razonar y simbolizar, también, muchas veces, lo es la falla al razonar y simbolizar sin dejar a su vez de ser conciente.
Es posible que no encontremos nunca la razón de la existencia de estas ideas débiles, pero lo mismo pasa con las fuertes ya que ambas son elaboradas en un mismo sistema, lo que cambia es la estructura de su expresión. No es, sin embargo, la estructura lo que me inquieta sino una constante implacable: Uno se convence de una idea casi inconcientemente, no tiene aun los fundamentos que exigiría a cualquier sujeto que intentara convencerle y ya sabe mostrar los dientes para defenderla. E incluso cuando todas las señales hacen evidente la caída de su postura inclina los ojos hacia abajo y gruñe.
¿Por qué hay una perturbación que no deja ser posible que uno se desligue de una idea aceptando que ha errado, sin inconveniente? ¿Por qué ocurre esto aun cuando lo que se discute es de menor importancia? Tal vez haya un deseo de agresión hacia el otro, que el orden social fue reprimiendo de apoco, que se satisface en el conflicto verbal.
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